Para obtener esta biodiversidad, recopilamos material de viñedos viejos con variabilidad genética y la guardamos para la posteridad. Esta variabilidad nos permite innovar en el presente y también en el futuro.
Paralelamente estamos inmersos en programas internacionales de I+D en los que buscamos mejorar la calidad de las plantas que producimos, perfeccionando la técnica del injerto para optimizar las conexiones vasculares de la variedad y el patrón en el punto injerto, de este modo podemos ofrecer a nuestros clientes plantas sanas y bien soldadas que son más longevas por su buena afinidad y más tolerantes a las enfermedades de madera. El desarrollo óptimo del viñedo dependerá tanto de la calidad de las plantas como de su manejo durante y después de la plantación.
La calidad de sus uvas es clave para el éxito de nuestros clientes. Y este trabajo comienza con la correcta elección de las variedades, selecciones clonales o masales y portainjertos, valorando todos los condicionantes edafoclimáticos y de los objetivos agronómicos y enológicos.
También es importante tener un buen protocolo de plantación con el que en función de las características del suelo y de las condiciones climáticas, se optimicen todas las labores realizadas para el éxito de la plantación.
Para todo ello, nuestro equipo técnico estará a su lado.
Nuestra vocación por el viverismo nos empuja a ser un vivero útil y relevante con un objetivo: ofrecer un producto alternativo que aporte valor.